Principios de oratoria 2

Resumen

¿Cómo convertirte en un orador/oradora irresistible?

Un buen orador tiene tres características principales:

Sincronicidad. Tiene la capacidad de adaptar su discurso a las necesidades y energía de su público, estando dispuesto a dar información que sea útil para esa audiencia. Sabe detectar el nivel de atención. Es capaz de improvisar para adaptarse a su público.
Estructura. Tiene una presentación o discurso consistente y persuasivo.
Galas. Naturalidad, Humildad y Pasión.

Lo primero que hay que tener en cuenta como orador, es entender que existen 3 tipos de lenguajes que buscan satisfacer los tres tipos de atención.

En este sentido, y para garantizar tener la mejor atención de nuestro auditorio, debemos prestar especial cuidado a cómo nos movemos y gesticulamos (Lenguaje No Verbal), las palabras que elegimos (Lenguaje Verbal) y el tono de voz que empleamos (Lenguaje paraverbal).

PREPARAR EL DISCURSO

Elegir adecuadamente la información que pueda interesar a tu público.
Encontrar la manera más interesante de contarlo.
Conocer a tu público.
Adaptar el mensaje.

El éxito al crear un discurso que merezca la pena es entender a quién está dirigido, trabajar a tu público; a nivel de técnica, es importante preparar la estructura, ensayarlo hasta que te salga de forma natural y te sientas cómodo con ello en el escenario; esto además es un gran antídoto si sufres de “miedo escénico”. La seguridad que te confiere saber tu discurso, conocer a tu público y haber ensayado tus posturas, ayudan mucho a la hora de enfrentarte al auditorio.

Para dar un discurso de impacto, te damos un consejo “INICIA FUERTE Y TERMINA FUERTE”. Un buen inicio hace que tu público se enganche, y si haces un cierre bien hilado y con potencia, hará que sea memorable.

8 FORMAS DE INICIAR TU DISCURSO:

Regla nemotécnica: “COMP-PREG-LECT-ANEC-DECA-CIT-SITU-SUS”

COMposición de lugar:

Esto es, crear una imagen mental de lo que vas a hablar para que tu público se meta en la historia

PREGuntar:

Empezar con preguntas potentes, que pueden ser retóricas o abiertas.

LECturas:

Citar una lectura corta, que sirva para dar una sensación poética o de actualidad

ANÉCdota:

Abrir contando una anécdota (personal o de un tercero) para lograr el sentido de verdad y conexión con el público

DECLAración desafiante:

Sorprende con una declaración rompedora (que puedas defender)

CITa:

Emplea una cita de alguien importante, conocido o impactante.

SITUación actual:

Presenta un marco concreto de la situación actual (1 o 2 datos de alto impacto)

SUSpense:

Crear un “suspense”. Empezar dando un dato que no terminas de desarrollar hasta el final.

Puedes combinar uno o dos de estos tipos de arranque, incluso si vas a hablar de varios subtemas puedes utilizarlos para ese cambio de uno a otro. También te pueden servir para combinar en el cierre, dejando abierta la posibilidad a una continuación…